Siento que si tengo una visión potente y pongo conciencia en lo que hago, es más fácil llegar donde quiero llegar.
Si voy con lo ojos abiertos caminando sobre una línea recta me
resulta muy fácil llegar al final de la línea sobre la que camino con seguridad y sin salirme de la línea. En cambio, si cierro los ojos y pierdo la referencia visual siento que pierdo el equilibrio al caminar por la línea intentando no salirme, y aún así me salgo de la línea y no llego al final de la misma. He descubierto últimamente que si cierro los ojos y genero en mi interior una visión de dónde voy (del final de la línea), soy capaz de caminar sin titubeo y sin salirme de la línea (o al menos no tanto), me da seguridad, confianza y un rumbo.
Menudo descubrimiento, eh!, en cualquier caso la actitud de juego me ha hecho disfrutar de la exploración, del camino, sea cual sea el resultado.