Días de lluvia y sol, charcos para sortearlos o mojarse, para saltar o evitar, para observar o ignorar, charcos de agua y de cielo, de reflejo y realidad, de sol y sombras…, y allí, en medio de un chaco una naranja abierta, su reflejo y la sombra que ofrece el sol de la mañana: momento para la reflexión.
¿En qué me fijo primero, en la «sombra», en el reflejo o en el corazón (la realidad)?…en un primer momento me dejé atrapar por la proyección de la naranja, como a veces me dejo atrapar por esa imagen que proyectamos consciente o inconscientemente hacia los demás, después llamó mi atención esa sombra, y finalmente reparé en el corazón roto de la naranja…¿cuántas veces no llego a ver ese corazón roto en las personas, y me quedo en las proyecciones?